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Esto es lo que hay

Remember

Remember

 

Hambrienta a media tarde y casi de vuelta a casa, depués de un estupendo día al sol patenado las calles, entré en una de esas minitiendas de chuches de blancos -las que sobrevivien a la invasión china- situanda en el barrio de los Alminares. Tenía intención de comprar cualquier garguería salada que me mantuviera despierta hasta la cena. Confiaba que echando algo mínimo al estómago el resacón de pacharán remitiría un poco, aunque luego resultó que de eso nada. Bueno, no me enrollo más: el caso es que me decidí por una bolsa de gusanitos gigantes de toda la vida y el sabor de la nostalgia y la infancia volvió a mi boca. Oh! cuántos fotogramas en sepia de mi vida en el colegio de monjas pasaron por mi mente. Cuántos momentos vividos en las plazas masticando tonterías de azucar y pasta de maiz salada. Cuántos amigos entonces, cuánta despreocupación, cuántas ganas!

Para mi sorpresa el producto se fabricaba en Peligros. ¡Aupa lo autóctono!

Cabaret

 

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